Se trata de un edificio destinado a Estación Marítima para las líneas de barcos de pasaje que operan en esta zona de las Rías Baixas. Se sitúa en un dique en el centro del puerto de Baiona, en una posición sensible, entre el pueblo y el mar, rodeado de mástiles y barcos pesqueros.
En este entorno se pretende una construcción que proteja, que envuelva, pero que permita la relación directa
del usuario con el exterior sin aislarlo de un entorno privilegiado. Así se plantea como un anti-edificio, una
construcción desmontable, ligera, transparente, compuesta de dos cajas, una cerrada de vidrio, y otra abierta
de madera que funciona como una gran pérgola y protección solar de la primera, que pretende apoyarse sobre
el muelle generando la mínima barrera visual.