La casa es muy sencilla y todo surge de un pensamiento lógico, desde la organización hasta el empleo de los materiales.
La estructura es metálica, tratada con chorro de arena y posterior tratamiento anticorrosión.
Los tabiques de ladrillo macizo, escogidos uno a uno por nosotros en el almacén, para evitar cambios bruscos de color y malformaciones.
El suelo es tarima de madera de iroko en todo el volumen de madera exterior que acoge el salón-comedor y las habitaciones, en las zonas del volumen de hormigón se pretende un suelo también grisaceo como el gresite gris y hormigón pulido en la cocina.
La carpintería interior son puertas correderas diseñadas por nosotros, incluidos los herrajes, con unos tamaños especiales, que provocan un juego de textura ,color y espacio, según estén abiertas o cerradas; están realizadas en contrachapado de iroko. Del mismo material hemos diseñado los armarios, sin fondo para poder ver el ladrillo macizo a través de ellos; además tienen ruedas para poder moverlos en caso necesario y sobre todo para que aparezcan elevados del suelo. Todo el mobiliario interior de madera ha sido diseñado por los arquitectos, incluidos los sofás.
La carpintería exterior es también de iroko, son correderas con la peculiaridad de que cierran una contra la otra, también diseñadas por nosotros, así al abrir dos de ellas el pilar metálico queda exento y las guías y puertas ocultas tras el paño de madera fijo, para lo cual hubo que buscar los herrajes y sistema de fresado que lo hicieran posible, compatibles con el sistema constructivo de estructura metálica.
Las contras son los paños de madera móviles, que junto con los fijos realizan el mismo juego de llenos y vacíos que la carpintería interior.
El pavimento de las terrazas exteriores es de hormigón así como la mesa, el banco y el leñero, también diseño propio. El echo de mantener las parras existentes dio la base de la modulación utilizada en la estructura que la soporta y dio la pauta a la estructura de la vivienda, sirviendo de medida para la estructura sobre la que se eleva el lucernario y el volumen de hormigón en que se convierte el muro.
El muro convertido en volumen permite retranquear la edificación principal lo suficiente para permitir luces y vistas.
El separar la cubierta del volumen central, entre las parras y el muro, convirtiéndola en un gran lucernario, ayuda a diferenciar más los distintos volúmenes en que se materializan los usos, permitiendo la entrada del sol y la luz del este sobre el volumen de servicio y las vistas cruzadas transversales a la edificación (que la casa anterior no disfrutaba), permitiendo relacionar visualmente los espacios exteriores a través de la casa. La cubierta elevada como metáfora construida, dejando en pié, como ruinas, las paredes de ladrillo refractario visto…esa entrada de luz perimetral refuerza estas sensaciones. Por eso la iluminación artificial se realiza también perimetralmente, igual que la natural, semioculta, dejando el techo totalmente blanco y limpio de instalaciones, flotando como una lona tensada suspendida de los pilares metálicos perimetrales funcionando como difusor de la luz reflejada contra ella. Esa luz base, se reforzará con lámparas de pié, generalmente enfocadas al techo, luz de abajo/arriba, como la utilizada en el exterior de la finca, con luminarias flotando sobe la grava (que sirve de canalización registrable) …la imagen final de la casa es la culminación de un proceso coherente entre la búsqueda abstracta de sensaciones y la construcción que la sustenta…