El objetivo era diseñar una tienda de moda urbana olvidando los estándares. Finalmente la inspiración nos llevó de vuelta al concepto inicial: Diseño Urbano. Todo esto evoca en el subconsciente espacios reducidos, sobrecargados y repletos de llamativas pegatinas de múltiples colores. Una estética tan extendida como poco efectiva empresarialmente hablando.
El objetivo de nuestra actuación era buscar la diferenciación, esto no fue difícil dada la escasa oferta singular en este sector, pero el resultado no debía resultar estridente, y ahí radicaba la dificultad del diseño. ¿Cómo desligarse de una estética tan marcada sin parecer vulgarmente llamativo y pretencioso? El proceso supuso una vuelta atrás, una recuperación del concepto urbano inicial. Espacios amplios, materiales comunes y cotidianos, eliminación de barreras físicas y visuales que prolongan la calle hasta el interior de la tienda, en definitiva, una pretendida actuación mínima sobre el propio origen urbano del espacio inicial, con sutiles pinceladas de color que no hacen sino potenciar la belleza de la singularidad, realzando y dejando todo el protagonismo al producto.